El Día

La forma geométrica del día
es un camino incierto
-reflejo azul, parábola de sombras-
eje intransigente de la vida
El círculo construye su parábola
-sonido gutural de la existencia-
color endeble arbitrio de la tarde
aliento incontenible de la inercia
Y aún así traza el destino efímero
-trapecio al borde de la sombra-
del que vive el camino incierto
el que ríe, llora y sufre
la gravedad intransitable
Y queda al filo de la tarde

La Noche

¡Que copiosa está la noche!
Cumulo de estrellas titilan en las sombras
mientras la luna columpia entre los cables
y el viento emite su canción nocturna

Sólo penumbras
en la agonía la luz y sus contornos
y entre paredes un corazón palpita
el llanto oscuro de la noche

Gruñe el silencio como animal nocturno
como legión golpea las ventanas
y deja el llanto chorreando entre paredes
y en soledad la pesadez nocturna

¡Que copiosa está la noche!
Un contrapunto de lágrima y misterio
un llanto oculto y un sueño compartido
entre los pasos y el filo de las sombras

Vulnerable

Vulnerable soy a tu silencio
arma letal como el olvido
Recorres pausadamente la memoria
para detenerte en algún punto
donde se confunden los contornos
Y yo aquí
cual junco en laguna desierta
condenado a mecerme a tu orilla
en el intento de alcanzarte

La Tarde

Acaso fui la tarde donde nació tu ausencia
-cuna de sombra entre las manos-
Y nos quedamos solos y en silencio
con aquellas palabras entre labios
Acaso soy la estrella que antecede a tus sombras
entre los finos labios de tu tarde
Un arrebol perdido en tu horizonte
que deja el cielo ardiendo cuando parte
Tal vez soy la figura
un hospicio de sombras
la tarde que declina tus colores
Una nube perdida
el soplo azul que arde
la página cerrada entre tus labios
Acaso fui tu tarde
donde nació la ausencia
estrella anticipada de otra noche